
El Barcelona cayó en el Nou Camp ante su eterno rival por 0-1 con un solitario gol de Baptista y ve como la distancia con los blancos aumenta a siete puntos.
Rijkaard confió de nuevo en sus "vacas sagradas" y está vez no estuvieron a la altura. Ni Ronaldinho ni Deco fueron capaces de aportar movilidad y frescura para derrotar a un Real Madrid ordenado que jugó a placer durante gran parte del encuentro.
Ambiente excepcional en Barcelona para presenciar el gran clásico. Como es habitual en estos encuentros, muchas dudas y nervios al principio. Los dos equipos salieron agazapados esperando a su rival. Nadie era claro dominador del partido.
Pero pronto se podría observar lo que iba a ser la tónica dominante del choque. El Barça, un querer y no poder, y el Real Madrid cada vez que robaba la pelota salía con una verticalidad envidiable.
Así llegaría el primer aviso blanco con disparo de Van Nistelroy, jugada invalidada por fuera de juego.
Tras el primer susto llegarían los mejores minutos del conjunto blaugrana comandado por Andrés Iniesta, el mejor de los suyos. El manchego se internó por banda derecha, aprovechando la debilidad de Heinze y sacó un centro que no acertó a rematar Eto'o pero si Ronaldinho al que Casillas respondió con una gran parada.
En la jugada posterior, Casillas golpeó la pelota a balón parado, Yaya Toúré ganó la partida en el salto a un jugador blanco pero la pelota llegó al medio campo donde estaba Raúl, el capitán puso la bola de cabeza a Baptista que se sacó una gran pared con Van Nistelroy y definió a la perfección con un bote pronto espectacular ante la salida de un desesperado Valdés. Nada más de fútbol en esta primera mitad, juego trabado y con constantes interrupciones. Con el 0-1 se llegaría al descanso.
Más de lo mismo
Lejos de reaccionar, el encuentro continuó por los mismo cauces. El Barcelona intentando adueñarse del balón y del control del partido pero sin éxito. En gran parte por méritos de su gran rival. Un Madrid muy ordenado y defensivamente perfecto. Destaca la gran actuación del madridista Pepe, muy atento y rápido al corte que desesperó al camerunés Samuel Eto'o.
Los azulgranas continuaban sin frescura y Rijkaard tardó en mover ficha. En el minuto 15 de la segunda mitad, retiró a Deco y sacó a Dos Santos, en busca mayor movilidad y profundidad por banda derecha. Con el cambio, Iniesta retrasó su posición.
El mexicano no aportó nada nuevo, tan sólo dos tímidos disparos con la zurda que no inquietaron a Casillas. Al técnico holandés le surgía un nuevo imprevisto tras un choque fortuito entre los dos capitanes. Raúl no recogió la pierna y entró a Puyol de una manera no demasiado apropiada. Minutos más tarde sería sustituido por Zambrotta.
En una de las mortíferas contras de los blancos cabe destacar un posible penalti de Márquez a Robinho. El Real Madrid no era capaz de rematar un partido que iba a tener un último tramo frenético. Bojan sustituía a Xavi y quemaba el último cartucho de los suyos. Nada más salir, en el minuto 82, se sacó un disparo que creo bastantes problemas a Casillas.
En los últimos minutos el Barça empujó a balón parado y estuvo a punto de echar por tierra todo el buen trabajo de los blancos. Al final 0-1, victoria merecida de un Real Madrid con gran orden y pegada que se proclama campeón de invierno y que tratará de administrar su ventaja. Al Barça por su parte, le queda mucho trabajo por delante.