El F.C. Barcelona selló su pase a octavos de final de la Copa del Rey con un pobre empate (2-2) ante el Alcoyano. El partido carecía de interés para el conjunto azulgrana después del 0-3 de la ida y debido a la entidad del rival, que lucha por salir de la zona baja de la tabla en uno de los grupos de la Segunda División B.
Ante este panorama, Rijkaard dio oportunidad a jugadores no habituales y al grupo de jóvenes. Algunos aprovecharon la oportunidad pero otros no lo hicieron. El partido se le pondría muy pronto de cara, en el minuto 2, cuando Ezquerro se encontro un balón franco tras un disparo de Deco. El propio Ezquerro abriría brecha en el luminoso al aprovechar un centro medido del canterano Bojan que el navarro puso de primeras en la escuadra. 2-0, el Alcoyano todavía no estaba en el Nou Camp.
El conjunto alicantino trató de ahogar la medular de los de Rijkaard, con más o menos acierto, pero mostraba una debilidad defensiva preocupante que pudo costarle muy caro de no ser por la falta de acierto de un Bojan muy activo.
Empate histórico
La segunda mitad fue otra historia, el frio y la intensa lluvia deslucieron un partido de por sí aburrido. Tan sólo el canterano Bojan trató de animar a los pocos espectadores presentes en el coliseo azulgrana. Pero cuando el conjunto dirigido por Bordalás parecía haber bajado los brazos, harto de correr detrás del balón durante gran parte del encuentro se encontró con una mano rigurosa en el área del islandés Gudjohnsen. Perona no desaprovechó su oportunidad de hacer gol en el Nou Camp y colocó a su equipo cerca de la proeza.
El Barça seguía creando más peligro que los alicantinos pero en la última jugada del partido, un centro raso de Barrena por la derecha acabó con remate cruzado de Arnau que estableció el definitivo 2-2.
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